^ (Mat. 13:19-23) Cuando alguien oye la palabra del reino, pero no capta el sentido de ella, el inicuo viene y arrebata lo que se sembró en su corazón; este es el que se sembró a lo largo del camino. 20 En cuanto al que se sembró sobre los pedregales, este es el que oye la palabra y en seguida la acepta con gozo. 21 Sin embargo, no tiene raíz en sí mismo, sino que continúa por un tiempo, y después que ha surgido tribulación o persecución a causa de la palabra, en seguida se le hace tropezar. 22 En cuanto al que se sembró entre los espinos, este es el que oye la palabra, pero la inquietud de este sistema de cosas* y el poder engañoso de las riquezas* ahogan la palabra, y él* se hace infructífero. 23 En cuanto al que se sembró sobre la tierra excelente, este es el que oye la palabra y capta el sentido de ella, que verdaderamente lleva fruto y produce, este de a ciento por uno, aquel de a sesenta, el otro de a treinta”.
O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·nos; lat.: saé·cu·li; J17,18,22(heb.): ha·‛oh·lám, “el orden de cosas”.
O: “el placer engañoso de ser rico”.
O: “ella”, es decir, la “palabra”.